859/22: CONMEMORACIÓN DEL 103° ANIVERSARIO DEL NATALICIO DE MARIA EVA DUARTE
Su adhesión a la conmemoración del 103° aniversario del natalicio de María Eva Duarte, hecho que ocurriese el día 7 de mayo de 1919, en la localidad de Los Toldos, provincia de Buenos Aires.
María Eva Duarte nació en Los Toldos, provincia de Buenos Aires, el 7 de mayo de 1919. Hija de Juan Duarte y María Ibarguren y hermana de Blanca, Elisa, Juan y Erminda, desde muy pequeña supo que quería ser actriz. Siendo una adolescente, con el acompañamiento de su familia, decide partir hacia Buenos Aires para comenzar su carrera artística.
Dado su carisma e histrionismo rápidamente obtiene el reconocimiento de la prensa.
Durante diez años trabaja en radio, cine y teatro siendo parte de prestigiosas compañías de la época. En 1944 fue elegida presidenta de la Asociación Radial Argentina, grupo gremial y solidario de trabajadores radiales del que había sido una de sus fundadoras en el año 1943.
En enero de 1944, Eva conoce al coronel Juan Domingo Perón en un festival que la comunidad artística realizaba en beneficio de las víctimas de un terremoto que había destruido la ciudad andina de San Juan pocos días antes. Dos años más tarde contraen nupcias y posteriormente Perón es electo presidente de la Nación Argentina.
Desde aquel primer encuentro con Perón, la figura de Eva fue adquiriendo nuevos matices que se sumaban a los ya conseguidos en su carrera artística. Ahora, en su rol de compañera de Perón participa activamente durante la campaña presidencial, recorre el país a bordo de histórico tren “El Descamisado” y acompaña al candidato en todos los actos proselitistas, repartiendo escudos partidarios y conociendo a las personas de cada lugar en el que se detenían. Cabe destacar que Eva fue la primera esposa de un candidato presidencial que lo acompaña durante la campaña electoral.
Primera dama de los argentinos en tan solo siete años de vida pública rompe con todos los precedentes históricos y define una modalidad política nunca vista hasta entonces. Muchas de sus acciones son conocidas por todos y todas. Fue amada y odiada en similares proporciones, pero nunca fue ignorada.
Eva nunca ocupó un cargo oficial, sin embargo, desarrolló un trabajo intenso tanto
en el aspecto político como en el social de nuestro país. La Escuela de Enfermeras, los Hogares de Tránsito para Mujeres en situaciones de violencia, las escuelas hogares, los Juegos Evita y el turismo estudiantil fueron algunas de las acciones desarrolladas desde la Fundación Eva Perón. Todo esto, contribuyó a que fuera rápidamente considerada la “abanderada de los humildes”, la “vicepresidenta honoraria”, “Santa Evita” y la “jefa espiritual de la Nación” por las masas trabajadoras que vieron en el Peronismo a sus máximos representantes.
El valor simbólico que Eva adquirió para las y los argentinos, trascendió las fronteras y se materializó en la gira oficial (1947) de casi tres meses de duración, donde visitó España, Italia, Portugal, Francia, Suiza, Mónaco, Brasil y Uruguay. En cada lugar, fue recibida con los mismos honores que se le asignaban a un primer mandatario o a un presidente, aunque ella no ocupaba ningún cargo oficial.
Otro de sus legados fue su militancia por el voto femenino. Durante el tratamiento en el Congreso, participó de programas radiales y entrevistas, acompañó a los legisladores nacionales y trabajó junto a las mujeres nucleadas en distintos centros cívicos. Finalmente, el 23 de septiembre de 1947 se promulgó la Ley N°13.010 conocida como la ley del voto femenino o ley Evita.
Durante cuatro años se llevó adelante la tarea de empadronar a las mujeres de nuestro país. Fue así que surgió la Libreta Cívica como documento que les permitía votar. El 11 de noviembre de 1951 se realizaron elecciones generales. Por primera vez las mujeres argentinas pudieron votar y ser votadas. El 64 % de las mujeres votó por el peronismo, un porcentaje levemente superior al de los varones, que votaron en un 63 % por la reelección de Perón. Asimismo, el Partido Peronista Femenino logró elegir 23 diputadas, tres delegadas de territorios nacionales y 6 senadoras, las únicas mujeres presentes en el Congreso Nacional, y 80 legisladoras provinciales. Evita votó en el hospital donde estaba internada, debido al avanzado estado del cáncer que terminaría con su vida al año siguiente.
Tras una penosa agonía, el 26 de julio de 1952, Eva fallece a la edad de treinta y tres años en la Residencia Presidencial. Durante catorce días, Argentina y los países limítrofes se quedaron sin flores. Más de dos millones de personas estuvieron presentes para darle el último adiós.
María Eva, Eva o simplemente Evita, se encuentra presente en cada pueblo o ciudad de nuestro país. Plazas, calles, escuelas y Unidades Básicas llevan su nombre grabado a fuego. En cada lugar donde se encuentre una o un peronista Evita late con la misma fuerza de cuando vivía. Su vida fue intensa, su legado indiscutible. Eva es hoy una figura nacional, un mito argentino y un sentimiento que no se puede abandonar.